Aquí os dejo el prólogo de "El Misterio del Nigromante", la tercera parte de la saga. Es un pequeño aperitivo, pronto saldrá el libro. Un abrazo a todos.
El tiempo y el espacio no tienen
cabida en este mundo. El éter lo inunda todo mientras una luz, verdosa e
infinita, se muestra omnipresente.
James flota. No sabe si cae o se
eleva, puesto que no se encuentra ante las leyes físicas conocidas. En su mano
sostiene un tesoro de incalculable valor, un objeto tan poderoso que ha obrado
milagros para los seres más importantes de la historia. Sin embargo, su
recompensa ha sido efímera. Ahora se encuentra en la nada absoluta, perdiendo
sus últimas trazas de conocimiento y aferrado a pensamientos pasados.
El Minotauro lo ha vencido.
Abocado a las arenas movedizas de otros mundos repasa las palabras de su
enemigo, aquellas que advertían de lo absurdo de aquella empresa. “Todo está
tan cerca y tan lejos como puedas imaginar” —dijo el diablo haciendo corriente
lo extraordinario de su poder—, “sólo necesitas un punto de referencia”.
Sus músculos se entumecen y su
visión comienza a diluirse. El último pensamiento, como tantas veces, va hacia
su amada. “Lo siento Luna, te he abandonado”. Ahora se da cuenta de que está
cayendo. No sabe cómo, no hay arriba y abajo en aquella condenada dimensión,
pero se está sumergiendo hacia lo más profundo del mundo para unirse con la
nada.